1974-2024. A 50 años del llamado “año de la Peste”

I. En los tiempos de la peste (1974)

El ensayista, pensador, periodista y político: Jorge Abelardo Ramos (Buenos Aires, 1921-1989), en el prólogo de su libro “Adiós al Coronel” (1982), escribe:

La lista de pérdidas de Pensadores ligados al Pensamiento Nacional o a la llamada Izquierda Nacional en aquel año se completa con los asesinatos del abogado gremial y defensor de presos políticos, historiador, periodista y político: Rodolfo Ortega Peña (Buenos Aires, 1935-1974), del también abogado y defensor de presos políticos, docente universitario, ensayista y militante: Silvio Frondizi (Paso de los Libres, Corrientes, 1907-1974) y del Sacerdote Católico y uno de los referentes del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo: Carlos Francisco Mugica, comúnmente recordado como “El Padre Mugica” (Buenos Aires, 1930-1974).

En el mismo libro, Adiós al Coronel, Jorge Abelardo Ramos enumera el contexto sobre el que se producen estas pérdidas, dice: “los factores que enfrentó el Presidente [Juan Domingo Perón] en los últimos meses son: una supuesta izquierda que se reveló muy pronto antiperonista; el embate del viejo régimen, que resiste sus medidas fundamentales; la petrificación de la dirección gremial, incapaz de movilizar a cien obreros, como no sea contra ella misma” (Ramos: 1982, p. 9). A ello deberíamos sumarle una profunda caída del sistema económico a nivel mundial, la llamada “Crisis del Petróleo” (1973), luego del conflicto por la ocupación israelí en medio oriente, y sus consecuencias sociales y políticas: el surgimiento del modelo político y económico neoliberal, con dos ejemplos en países del Atlántico Norte como el gobierno de Margaret Thatcher (1979-1990) en Inglaterra y de Ronald Reagan (1981-1989) en Estados Unidos. Autores como el historiador británico Eric Hobsbawm (1998), el filósofo peruano Alberto Wagner de Reyna (2000) o el sociólogo lanusense, Miguel Mazzeo (2008), han caracterizado a esta época como un periodo de “vaciamiento” del Estado en toda su condición de “lo público”. Acciones y espacios que antes estaban vinculados al Estado Nacional –áreas de salud, infraestructura, seguridad, educación– pasaron a “manos privadas”, siendo captadas principalmente por el capital transnacional en su forma neoliberal. En materia económica, se producía una tercerización de distintas áreas, además de un incremento de la velocidad en los flujos de capitales, reconfigurando el escenario relacionado con la producción. Estas transformaciones se desarrollaron en Argentina, así como también en otros países del mundo, gracias a un incremento de la violencia –secuestros, torturas y asesinatos– ejercida desde el aparato estatal –servicio de inteligencia, fuerzas policiales, militares y paramilitares, red de comunicaciones del estado, etc.– sobre el resto de los sectores de la sociedad.

II. Una aproximación a los pensadores que nos dejaron en aquel año

A continuación, abordaremos algunos aspectos de pensadores mencionados y tomaremos, entre tantas obras escritas por ellos, tan sólo tres textos que consideramos indispensables como material de lectura para nuestros tiempos.  

Arturo Jauretche

Nació en Lincoln (1901), Provincia de Buenos Aires, y podría decirse que nunca se desligó de cada una de las historias vividas. Sus primeros acercamientos a la vida política estuvieron vinculados al Partido Conservador, luego a la Reforma Universitaria y a los Reformistas, para finalmente militar en las campañas electorales de Yrigoyen. Tras el golpe de 1930 a la primera experiencia de “democracia verdadera”, formó parte de la “última montonera” de Los Pueblos Libres, debiendo huir a la Banda Oriental. En aquellos tiempos, emprendió su gesta con el grupo de la Fuerza de Orientación de la Joven Argentina (F.O.R.J.A), militando y asumiendo, luego de la Revolución de los Coroneles de 1943, distintos cargos durante los gobiernos de Perón. Nuevamente, tras otro golpe a un gobierno democrático, esta vez contra Perón, vivió un nuevo exilio.

Cada una de estas experiencias fueron incorporadas como elementos para construir nociones, conceptos y categorías. Hay incontables aportes en materia de filosofía, pensamiento, política e historiografía que podemos encontrar en la vida y en la obra de Jauretche. El primero, y quizá aquel que más promovió durante toda su vida, fue el cuestionamiento a los llamados “criterios universales”, los cuales, como Jauretche ha demostrado una y otra vez, en realidad son ideas, nociones, conceptos, únicamente válidos para una zona del planeta ubicada en el Atlántico Norte (Inglaterra, Holanda, Bélgica, Francia, Alemania, Estados Unidos). Otro elemento directamente relacionado con el tema anterior, y más nocivo para quienes no viven en los países del Atlántico Norte, es el vinculado con el tema de la educación impartida desde las instituciones del Estado alineadas con los criterios universales. De ahí una de las principales categorías trabajadas por Jauretche: la “Colonización Pedagógica”. Un tercer elemento que podemos destacar, entre muchos otros, es el tema del sector involucrado y difusor de la “Colonización Pedagógica”: la “intelligentzia”, asociada históricamente en nuestro país con el ámbito universitario, principalmente con una universidad: la Universidad de Buenos Aires y sus “fubistas”.

Tres libros indispensables de Jauretche son: Los profetas del Odio y la Yapa. La Colonización Pedagógica (1957), Ejército y Política (1958) y Política Nacional y Revisionismo Histórico (1959).

Juan José Hernández Arregui

Nació en Pergamino (1913), Provincia de Buenos Aires. Ensayista, profesor universitario, probablemente uno de los cuadros más formados en materia de filosofía de la corriente de la izquierda nacional o nacionalismo de izquierda. Comenzó sus estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, donde se acercó a las filas del Yrigoyenismo. Escribe en periódicos de orientación radical, como Doctrina Radical y La Libertad. Ya en sus primeros años de exploración política y militante, se puede apreciar su inclinación anti conservadora y anti imperialista. Hacia la década de 1940, comienza a estudiar Filosofía y Letras en la Universidad Nacional de Córdoba, bajo la tutela del reconocido filósofo italiano Rodolfo Mondolfo. Probablemente a este encuentro se debe su aproximación al corpus teórico marxista, aunque nunca dejo de desatender el lugar y las problemáticas propias de la sociedad argentina. Al tiempo, incorpora en sus exploraciones e indagaciones teóricas la lectura de los cuadernos de FORJA, mientras apoya fuertemente al candidato radical a gobernador, Amadeo Sabatini, desarrollando una interesante articulación entre la matriz hegeliana y el historicismo proveniente de la corriente historiográfica revisionista.

En los cruciales años de 1945-1946, habiendo participado activamente en discusiones intelectuales que, en la mayoría de los casos, se definían en contra del peronismo, Hernández Arregui apoyará la candidatura de Perón para las elecciones de 1946. Tras una serie de decisiones tomadas por los líderes del Partido Radical, renuncia a la UCR, definiéndose totalmente por el peronismo. Durante aquellos años se acerca y traba amistad con Arturo Jauretche, ejerciendo activamente la tarea docente en las Universidades de La Plata (UNLP) y de Buenos Aires (UBA). Como ocurrió con todos aquellos profesionales que acompañaron al movimiento peronista, Hernández Arregui queda cesante luego del golpe cívico-militar de 1955, sobreviviendo con el salario de maestra de su esposa. Se le cierran tanto el acceso a los ámbitos académicos como la posibilidad de publicar en revistas y periódicos. En esos años escribe y publica, con grandes esfuerzos, sus escritos más trascendentes. Ya hacia la década de 1970 es considerado como un pensador “maldito” o –en términos de Norberto Galasso– un escritor peligroso. En 1972 sufre un atentado con explosivos del cual se salva milagrosamente, aunque su esposa recibe serias heridas. Con la vuelta del peronismo en 1973, recibió el reconocimiento y fue nombrado profesor emérito por el Rector de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Rodolfo Puiggrós. Tras la muerte de Perón en julio de 1974 y en medio de un ambiente enrarecido, comienza a recibir amenazas de la organización paramilitar Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) y decide viajar a Mar del Plata, donde sufre un infarto que termina con su vida.

Tres libros indispensables de Hernández Arregui son: Imperialismo y cultura (1957), ¿Qué es el ser Nacional? (1963) y Nacionalismo y liberación (1969).

Alfredo Terzaga

Nació en Río Cuarto (1920), Córdoba. Poeta, crítico de arte, historiador, periodista, docente, geógrafo, artista, funcionario e intelectual vinculado con la corriente de la Izquierda Nacional. Una polémica con el presbítero Pérez Arce le costó la expulsión del Colegio Nacional de Rio Cuarto, trasladándose a la ciudad de Córdoba para continuar sus estudios. Allí se aproxima al grupo marxista-leninista que integraban figuras del trotskismo argentino como Esteban Rey y Carlos Etkin, ambos fundadores y promotores del periódico Frente Obrero y del Partido Obrero de la Revolución Socialista (PORS) que dura poco tiempo (1941-1943). Tras la disolución del PORS, Terzaga queda como uno de los referentes en Córdoba de la Izquierda Nacional, estrechando lazos con otros grupos liderados por Aurelio Narvaja, Enrique Rivera y Jorge Abelardo Ramos.

Hacia 1946, Terzaga edita la Revista Crisis, una publicación Mensual de Literatura, Crítica y Arte. Durante aquellos años también fue funcionario del Ministerio de Hacienda y asesor de prensa del Banco Provincia de Córdoba, donde fundó la imprenta y la Biblioteca de la entidad que hoy lleva su nombre como reconocimiento. Paralelamente, desarrolla una intensa actividad militante asumiendo la dirección del diario Orientación, desde donde defiende al peronismo definiéndolo como un movimiento de liberación nacional. En esa línea, colaboraba en los diarios, revistas y periódicos cómo La Voz del Interior, Córdoba, Clarín y El Liberal. Desde Córdoba acompañó la experiencia del Partido Socialista de la Izquierda Nacional, liderado por Jorge Abelardo Ramos y Jorge Enea Spilimbergo, escribiendo bajo el seudónimo de Manuel Cruz Tamayo en dos diarios relacionados con este partido: Lucha Obrera e Izquierda Nacional. Desde 1950 se desempeñó como Profesor de Historia del Arte en la Escuela Superior de Bellas Artes, José Figueroa Alcorta, hoy integrada a la Universidad Provincial. Además de poeta, ensayista y artista, fue traductor de Holderlin, Novalis, Rilke, Rimbaud y George, entre otros. Muere súbitamente por un ataque cerebral masivo mientras trabajaba sobre una Historia de Julio Argentino Roca en varios volúmenes. 

Entre tantos textos dejados por Alfredo Terzaga, mencionaremos tres libros indispensables: Historia de Roca, 2 volúmenes (1975), Temas de Historia Nacional. Revolución y Federalismo (1995), La colonización de la Patagonia y la Cuestión Indígena (2002).

Juan Domingo Perón

Nació en el Partido de Lobos (1895), Provincia de Buenos Aires, aunque sus primeros años trascurrieron en la Patagonia, donde se mudó con su familia. Militar, político, pensador, ensayista, fundador y líder de un movimiento popular de alcance nacional, Perón ejerció tres veces la presidencia de la República Argentina. Al igual que Jauretche, nunca se desligó de cada una de las experiencias y aprendizajes que tuvo desde niño, incorporándolas en sus discursos y obras. Hacia la década de 1910, Perón ingresa como cadete al Colegio Militar de la Nación, egresando como subteniente en 1913. Su actividad militar en diferentes lugares del país le permitió forjar una perspectiva integral del territorio nacional. Hacía 1930 fue designado profesor suplente de la cátedra de Historia Militar en el Colegio Militar de la Nación, accediendo, ese mismo año, al cargo de titular. Por aquel entonces comienza una larga vida como escritor al redactar sus apuntes para las clases, ejercicio que lo convirtió en un prolífico teórico, con más de 20 libros, además de un conferencista sólido y profundo.

Hacia la década de 1940 adhiere al Grupo Obra Unificación, más conocido como GOU: uno de los sectores fundamentales para la realización de la Revolución de los Coroneles de 1943. Tras esta Revolución, comienza una vertiginosa actividad como funcionario y político de Estado, primero en el Departamento Nacional de Trabajo, donde teje lazos con el movimiento obrero organizado: los sindicatos. Desde allí, y ya con el cargo de Secretario de Trabajo y Previsión de la Nación, emprende una tarea de fortalecimiento del movimiento obrero que lo llevará a ser nombrado como vicepresidente y ministro de Guerra. Bajo la presión de diferentes sectores de poder económico nacionales e internaciones, el gobierno de Farrell lo obliga a abandonar todos sus cargos, desatando una marcha popular masiva e inusitada, hoy recordado como “día de la lealtad”, en donde millones de trabajadores llenaron la Plaza de Mayo clamando por su liberación. Tras este suceso, que produjo un antes y un después en la historia argentina, Perón se convierte en el líder de un movimiento nacional y popular, creando un partido político que terminará ganando las elecciones en 1946 y luego en 1951. Durante ambos mandatos presidenciales, se llevaron a cabo profundas transformaciones en las condiciones de las clases trabajadoras, en la sociedad y en la economía, intentando desarrollar un proyecto de industrial nacional sin precedentes. El segundo gobierno de Perón fue derrocado en 1955, luego de sufrir un bombardeo sobre la población civil que dejó al menos 300 muertos sobre las calles de Buenos Aires. Perón debió exiliarse y el movimiento peronista sufrió la prohibición y la proscripción por 18 años, además de que muchos de sus militantes fueron cesados de sus cargos, perseguidos, encarcelados y hasta fusilados. En 1973, tras varios intentos infructuosos, Perón logró volver a su país para ganar las elecciones nuevamente. Sin embargo, al poco tiempo (1° julio de 1974) falleció de un paro cardiorrespiratorio.

Entre tantos libros imprescindibles de Perón, mencionaremos tres títulos: La Comunidad Organizada (1949), Descartes, política y estrategia (No ataco, critico) (1952) y Modelo argentino para el proyecto nacional (1974).

Rodolfo Ortega Peña

Nació en la Ciudad de Buenos Aires (1935). Abogado gremial y reconocido defensor de presos políticos, historiador, periodista, parlamentario, referente de la corriente del peronismo revolucionario. Nacido en una familia antiperonista, tras un acercamiento al radicalismo de cuño frondicista, Ortega Peña se afilia a la Federación Juvenil Comunista. En los años de la llamada “Resistencia Peronista”, entra en contacto con figuras de orientación nacional como Raúl Scalabrini Ortiz, José María Rosa y Juan José Hernández Arregui, al tiempo que comienza a reconocer como referente político y militante a John William Cooke. Estos vínculos lo aproximan al nacionalismo cultural y a la revisión de nuestra historia.

Hacia los años 60 conoce a Eduardo Luis Duhalde en la Facultad de Derecho de Buenos Aires, encuentro que iniciaría una fuerte amistad y una asociación política, laboral e intelectual fructífera y vertiginosa, con obras escritas entre ambos, así como también con acciones e intervenciones en conjunto. Ortega Peña y Duhalde participan activamente en la campaña electoral del sindicalista textil Andrés Framini en 1962, constituyéndose como los asesores legales y letrados de la CGT (actúan en pleitos laborales para más de 25 gremios), central obrera que en aquellos tiempos estaba encabezada por José Alonso bajo la influencia de Augusto Timoteo Vandor. Ambos colaboran en el periódico Compañero (1963-1966), identificado con el Movimiento Revolucionario Peronista (MRP). En 1964, Ortega Peña y Duhalde participan de la fundación de Centros Organizados Nacionales de Orientación Revolucionaria (CONDOR), en un intento por acercar al peronismo y al marxismo. Al mismo tiempo, toman la defensa de los presos políticos del Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT), arrestados luego del asalto al Policlínico Bancario (agosto de 1963). En esos años, Ortega Peña y Duhalde fundan el Centro de Estudios Históricos Felipe Varela, y se comprometen a emprender la tarea de publicar 10 libros de historia, además de artículos en diferentes revistas, con el objeto de revisar aquellos hechos y/o líderes populares ocultos o silenciados por la historia oficial. Bajo el auspicio de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) publican el libro: Felipe Vallese, difundiendo una investigación de tres años sobre la desaparición de un militante metalúrgico peronista. Al mes de su publicación reciben amenazas. Entre los presos políticos que se comprometen a defender durante la proscripción del peronismo, también están los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Peronistas, presos tras la detención en Taco Ralo (Tucumán). Defienden al líder del PRT-ERP, Mario Santucho, se comprometen a investigar a los asesinos de la llamada “masacre de Trelew” (1972). Durante el gobierno del Gral. Lanusse se profundizan las amenazas a Ortega Peña y Duhalde, quienes sufren atentados con bombas en su estudio de abogados. Ortega Peña apoya la candidatura de Héctor Cámpora en 1973 e integra la lista ganadora como Diputado Nacional suplente del Frente Justicialista de Liberación. Asume por unos meses como Director del Departamento de Historia del Derecho de la Facultad de Derecho de Buenos Aires durante la gestión de Puiggrós. Se identifica con la llamada “Tendencia Revolucionaria”, que tras el conflicto de Ezeiza durante la llegada de Perón, queda en el otro vértice respecto al lopezreguismo. Bajo el contexto de conflicto interno en el movimiento peronista, se produce la renuncia de 8 diputados del bloque Frejuli, que se niegan a votar la reforma del Código Penal enviado por Perón. Ortega Peña asume como diputado ocupando uno de los lugares dejados por estos, aunque no se une a esa bancada y forma un bloque unipersonal, el “Bloque de Base”. Desde ese lugar, critica el accionar represivo de ciertos sectores ligados al gobierno de Perón. A mediados de 1974 intenta conformar, junto con Duhalde, un agrupamiento político integrado por las Fuerzas Armadas Peronistas, el Peronismo de Base y otros sectores de la izquierda peronista. Durante todo ese tiempo continúa actuando como abogado denunciante y defensor de los militantes de izquierda asesinados o presos por el gobierno. El 31 de julio de 1974, un día después de haber presentado informes en la Cámara del Congreso sobre la muerte de militantes del ERP, recibe ocho disparos por parte de tres integrantes de la Triple A en la esquina de Carlos Pellegrini y Arenales.

Entre los escritos con Eduardo Luis Duhalde, mencionaremos tres libros indispensables: Folklore argentino y revisionismo histórico: la montonera de Felipe Varela en el cantar popular) (1967), Facundo y la montonera. Historia de la resistencia nacional a la penetración británica (1968), Corrientes metodológicas en la historiografía argentina (1969).

Silvio Frondizi

Nació en Paso de los Libres (1907), Corrientes. Abogado, defensor de presos políticos, docente universitario, ensayista y militante político vinculado con la corriente denominada “izquierda nacional”. Hermano de Arturo Frondizi, líder político radical y Presidente la República Argentina (1958-1962) y de Risieri Frondizi, quien fue Rector de la Universidad de Buenos Aires (1957-1962). Como autor de una profusa obra, Silvo Frondizi buscó, entre otras cuestiones, reformular el pensamiento de izquierda “clásico” en Argentina trabajando temas relacionados con la integración mundial, los movimientos sociales, la estructura del Estado moderno y la Revolución Cubana. Cuestionó la participación de los intelectuales de izquierda y de los Partidos Socialista y Comunista en la Unión Democrática que se opuso a Juan Domingo Perón en las elecciones de 1946. Fue promotor del Grupo Praxis, desde donde contribuyó con la formación de una nutrida cantera de cuadros revolucionarios que desempeñarían un importante rol en organizaciones políticas y sociales durante los años posteriores. En la Universidad Nacional de La Plata dictó clases de Derecho Político, también ejerció la docencia en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y en la escuela Superior de Periodismo.

En 1966, con el peronismo aún proscripto y tras el golpe cívico-militar contra el Presidente Arturo Illia, Frondizi decide renunciar a sus cargos y se dedica a la defensa de los presos políticos y gremiales. En 1974 integra, junto con Rodolfo Ortega Peña y Alicia Eguren, la mesa coordinadora del Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS). En ese mismo año, viaja a Catamarca para investigar el fusilamiento de un grupo de militantes del ERP. Al tiempo, una bomba estalla en su estudio jurídico y luego, el 30 de agosto, es asesinado su compañero Rodolfo Ortega Peña. El viernes 27 de setiembre de 1974, un comando de la Triple A secuestró a Silvio Frondizi de su casa de calle Cangallo. El cuerpo de Silvio Frondizi aparece en un descampado en Ezeiza. Sus restos fueron velados en el Aula Magna de la Universidad Tecnológica Nacional y el domingo 29, cuando el cortejo fúnebre marchaba hacia el cementerio de la Chacarita, fuerzas policiales secuestraron el féretro durante algunas horas.

Entre los libros escritos con Silvio Frondizi, mencionaremos tres títulos indispensables: La realidad argentina. Ensayo de interpretación sociológica, 2 volúmenes (1955-1956), Teorías políticas contemporáneas (1965), Argentina. La autodeterminación de su pueblo (1973).

Carlos Francisco “Padre” Mugica

Nació en el barrio de Villa Luro (1930), Buenos Aires. Sacerdote católico, fue uno de los líderes y mayor referente del llamado Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo. Mugica se desempeñó como párroco en la Villa 31 de Retiro en la Ciudad de Buenos Aires. Estudió el Secundario en el Colegio Nacional de Buenos Aires continuando sus estudios en la Facultad de Derecho. En 1951, abandonaría la carrera de abogacía para incorporarse en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires. En 1959, fue ordenado sacerdote en la Catedral de Buenos Aires. Al comenzar la década de 1960, Mugica actúa como asesor espiritual de la Juventud Estudiantil Católica del Colegio Nacional de Buenos Aires y de la Juventud Universitaria Católica de la Facultad de Medicina. De entre los jóvenes formados por él, saldrán quienes militaron en la Tendencia Revolucionaria de la Juventud Peronista y en la agrupación política y guerrillera Montoneros, aunque Mugica se distanciará de estos últimos por rechazar abiertamente la violencia –una opción que, desde su concepción, resultaba incompatible con el ejemplo dejado por Jesucristo–.

En 1965 funda la capilla Nuestra Señora del Puerto, en el barrio YPF de la Villa de Retiro, y en 1967, se integró al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, una corriente que intentaba renovar la realidad social y política de América Latina. Hacia los años 70 inició, junto con sus compañeros, lo que se conocería luego como el movimiento de curas villeros. En septiembre de 1970 es encarcelado por elogiar, durante el entierro de Ramus y Abal Medina, a los guerrilleros montoneros. En 1971, sufre un atentado en su domicilio incitado por una organización paramilitar. Para inicios de los años 70, Mugica se constituye como una personalidad reconocida con participaciones televisivas y radiales, popularizándose como “el cura villero peronista”. Se hace presente en el velatorio de los fusilados de Trelew, viaja a Madrid para visitar a Perón y vuelan juntos en el primer retorno del líder en 1972. Si bien había rechazado una candidatura a Diputado Nacional en el marco de las elecciones de 1973, Mugica acompaña y de alguna manera participa en el gobierno de Cámpora como asesor de la comisión de Vivienda del Ministerio de Bienestar Social encabezada por José López Rega. En marzo de 1974, forma parte de las movilizaciones de repudio al asesinato de Alberto Chejolán, militante del Movimiento Villero Peronista. En mayo de aquel año, a las puertas de la iglesia de San Francisco Solano, en su barrio natal de Villa Luro, es asesinado por integrantes de la Triple A. Miles de personas acompañaron sus restos hacia el Cementerio de la Recoleta, desde Arturo Jauretche hasta el edecán de Perón.

Su función social no dejo tiempo para plasmar en papel su pensamiento, tan sólo un libro condensa su ideología y proyecto comunitario nacional: Peronismo y Cristianismo (1973).

III. Ciclo de Conferencias en el Cincuentenario del “Año de la Peste” (1974-2024)

A cincuenta años del “año de la peste”, la Universidad Nacional de Lanús invita a un Ciclo de Conferencias que rememora las obras, los aportes y la militancia de estos pensadores, organizado por el Departamento de Humanidades y Artes, Departamento de Planificación y Políticas Públicas, Centro de Investigaciones Históricas, Centro de Estudios de Integración Latinoamericana “Manuel Ugarte”, Centro de Estudios sobre Filosofía, Ética y Cultura, y la Secretaría de Investigación y Posgrado.

Dejamos a disposición el registro de las conferencias:

1. Zonceras 5G. La vigencia de Arturo Jauretche
2. Ideario, obra y legado de Juan Domingo Perón
3. Homenaje a Rodolfo Ortega Peña

Bibliografía

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Sobre el autor

Facundo Di Vicenzo es Doctor en Historia, Especialista en Pensamiento Nacional y Latinoamericano y Profesor de Historia (USal, UNLa, UBA).

Docente de materias de Historia y del Seminario de Pensamiento Nacional y Latinoamericano (UNLa), Docente e Investigador del Centro de Estudios de Integración Latinoamericana “Manuel Ugarte” y del Instituto de Investigaciones Históricas (UNLa). Coordinador del Área de Las Corrientes del Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano del Departamento de Humanidades y Arte, Columnista de los Programas Radiales: Malvinas Causa Central y Esquina América de Megafón FM 92.1.